En la madre tierra, en su Pacha Mama
tiene sus raíces la américa nuestra.
que aun hoy se sustenta con la savia india.
esclava su sangre, del oro y la plata.
El viento del norte, el sueño de Europa
agitan las ramas desde el horizonte
y a la flor salvaje que nace en los montes
le niegan su aroma, volviéndola ausente.