Los astros de tus ojos me distraen
Me pierdo en tan majestuosa mirada
Caigo sin poder hacer más en un éxtasis de
admiración.
Pues te amo.
Tus labios me fascinan
Son como el roce del algodón en mi piel
Tu aliento contra mi mejilla es como la brisa de un amanecer
en verano.
Pues te amo.
Pero nada se acerca a la peculiaridad de tu alma
Es lo que me hace despertar cada día
La única razón de mi insignificante existencia.
Mi corazón vacío vuela como un águila tras tus pasos,
rogando por una gota de tu presencia
Eso bastaría para llenarla.
Pues te amo,
incluso si tú no lo haces,
tengo suficiente amor para ambos.
Y si te alejas, y si me odias.
Pues te amo locamente,
para siempre.