Déjenme que les cuente como empezó esta historia de amor;
yo, era un muchacho de pueblo (un pueblerino) de mucho labor;
alguien que nunca supo sobre las mujeres ni de sus problemas;
tan solo un pobre joven que sintió por primera vez al calor.
Ella era radiante, natural, una diosa tallada en fina madera;
monumento hecho a la perfección que se sentía a donde fueras;
la Mona Lisa de Da Vinci que se mostrada al mundo en valor;
ser que desprendía luz clara en cada esquina de la esfera.
De ambos surgió una fatal combinación que a todos regalaba;
un hombre ordinario con una mujer extraordinaria se presentaban
dejando clara muestra en cualquier lugar y tiempo hay del amor;
solamente debes tener la mente y tu corazón en sintonía amada.