¿Yo toco muy bien las fibras de tu corazón?
No es difícil.
Tu corazón, late con el mío.
Tiene anhelos,
deseos compartidos.
Porque en él te has metido.
Cuando llegaste a mi vida,
supe que no había escape,
que no había salida.
Que en tus pechos,
mi cabeza reclinada,
encuentra el descanso
que buscaba.
Que tu cabeza,
en mi pecho recostada,
encontró la paz
que necesitaba.
Me buscabas
y no lo sabías,
te necesitaba,
y allí estabas,
tú toda para mí
y yo todo para vos.
Eres mi mujer amada.
Alma Erótica
José Luis Agurto Zepeda
Managua, Nicaragua
05/11/2016