Los cachetes del invierno
soplan fabricando ruidos
que asoman a los oídos
con ese cántico eterno.
Desde el resoplido tierno
la luz viste de algodón.
Y una extraña sensación,
vestida de poesía,
viaja de la fuente fría
al fuego del corazón.
Invernales confusiones
me escarban en la cabeza,
de tristeza sin tristeza
y emoción sin emociones.
Ignoro si las razones
me hagan más o menos tierno.
Pero es hecho sempiterno
sentir en las fechas frías
como fluyen poesías
de los versos del invierno.