La flor, de brazos gloriosos
cuerpo verdozo, delicado milagro
conviertes el suelo de belleza en paisaje
ladino el viento eleva tu perfume en petalos
como bailarinas danzan armoniosas.
Al parir el día un sol voraz abraza tu aroma
los dias helados te marchitan hasta la arteria
o los malos tiempos son implacables, te derrumban
quizás mueres en agonía, tú que das colorido y vida.
Podrá entonces el ser humano sostener en tu talle
la fuerza por siglos?
Quién podría vencer los designios de la naturaleza acaso el poeta?
Rosa Maria Reeder
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