Tengo la imperiosa necesidad de amarte
de buscarte, de hayarte en cualquiera.
Cuando me dejaste conocí el error.
El terror de tu ausencia me acorrala y de nuevo por mis mejillas una lagrima resbala.
Atiendo a tu llamado cada noche cuando la oscuridad opaca llega a mi ventana, cuando tu ausencia descubró de nuevo una lágrima por mi mejilla resbala.
Te busco, te persigo, pero de ti ni un pequeño rastro en el silencio persivo.