Estar sin más,
sin soltar palabra,
sin hacer gran cosa.
Estar sin movimiento,
estar sin pensamiento.
Estar por el simple placer de estar,
de saberte a un lado mío,
de reconocer tu aroma.
Mirando hacia la nada,
mirandote como mi todo,
con la música del viento y las aves
y teniendo de teatro al cielo.
Estar al natural, a la intemperie,
con los sentimientos expuestos
como los brotes de mayo,
como el sol que posa a medio día:
sin contención ni limitantes.
Estar trascendentes o finitos,
o no importa.
Estar por estar,
pero juntos.