Combatiendo contra los seres invisibles que yacen en mi alma,
implorando paciencia y comprension al divino.
entre los laberintos sombrios , que fusionan el pasado con la realidad ,
con la mirada escondida, y los pensamientos puestos en vanos recuerdos,
la ultima parada anuncia, gare de montparnasse.
los seres se vuelven calidos
y liberan una sonrisa de complicidad con el destino ,
mi mente persiste en la zozobra.
en la entrada se anuncia la muerte del sol ,
y el despertar de los recuerdos enterrados en el olvido,
avanzo lentamente dos pabellones luego a la izquierda, sigo defrente,
y por ultimo a la derecha, la tumba de mi admirado vallejo,
y junto a el un hombre enigmatico , el cual escapaba de mi interes,
evaluo cada letra tallada en la tumba , cada detalle, las flores marchitas,
la estampa del señor de los milagros, un carnet universitario y
la escarapela de mi anhelado Peru,
yo con una lata de botella francesa ocultas en mi gaban ,
esperando el momento preciso para celebrar la llegada de uno de mis mas anhelados objetivos ,
estoy cerca de cesar vallejo .
inconcientemente y con un frances malhablado, le pregunto a aquel señor
si conocia a vallejo , su sonrisa y su rostro respondieron mi inquietud,
el aspecto de aquellos que hemos nacido en la tierra de los incas,
entre los amorios de españoles, incas, africanos y chinos , es inconfundible.
que peruano no conoce a vallejo ? , me respondo, riendome interiormente.
con la complicidad de dos extranjeros, hablamos de las penurias y alegrias de
estar en francia , de vallejo, de baudelaire, de la familia y de los estudios.
y recordaba , hay personas que tienen mirada de angel
y el don de hacer hablar al alma.
Mis fantasmas huyeron y conversamos como buenos amigos ,
la timidez que siempre me acompaña se fue a recorrer el montparnasse .
a los lejos se escuchaban los silbatos que poco a poco se acercaban ,
era la hora de dejar dormir a los muertos ,
despues de visitar a baudelaire , dejamos el montparnasse,
y cerca del metro este señor dejo de ser desconocido,
El poeta de la esmeralda , Alejandro Calderon .