-No seas iluso - me decía el espejo - que por escribir cuatro versos con rima, no eres un poeta. Ni por escribir con palabras rebuscadas eres un poeta, ni por utilizar metáforas cursis, eres un poeta.
Serás un poeta cuando no necesites tantos tópicos para expresar lo que sientes, cuando tus sentimientos llegen con elegancia, atino y fuerza a la comprensión de cualquiera.
Entonces serás un poeta.
En ese momento leí mi último poema, y al ver manifestadas claramente en mi escrito
las faltas de las que me advertia el espejo, me enfadé conmigo mismo. Me enfadé tanto, que lancé el móvil contra el espejo con toda mi fuerza y el impacto lo rompió en mil pedazos.
Cuando el espejo estaba roto, me quedé observándolo, y llorando pensé :
- Cuanta razón tenia el pobre.