Y llego una madrugada ,
fría y gris en otoño,
la luz alumbró su frente,
y deslumbró su sonrisa.
Acaricio su mejilla ,
agradeciendo la vida,
se perdió en su mirada,
empapándose de dicha.
Unos brazos la acunaron
y se durmió dulcemente,
alimento su sequía,
besando todos sus dedos.
la arropó en su regazo
la cubrió con su calor,
y muy juntitas las dos ,
esperaron al invierno.