Este viento de Mayo
que ahora ruge en mi ventana
me dice que no me quite el sayo
que el viento sopla cuando le da la gana.
Gracias al caprichoso viento
sabemos que la naturaleza está viva
a veces suena como un lamento
otras veces gira , gira y hasta silba.
Solo fui una vez al desierto
y cayó un verdadero diluvio
nunca se vieron tantos pájaros a ras del suelo.
Parecía una visión pero fue cierto
vino del cielo un tierno efluvio
que colmó de lleno un viejo anhelo.