Teodocio Potes

ME PERSIGUE LA MUERTE

La muerte me persigue todo el día

no me quita su mirada ni un segundo

como chicle fantasmal se me pegado

a la sombra incierta de mi vida.

Ayer me siguió hasta un bar tan pequeño,

tan estrecho, que mi sudor se escurría

por la espalda pegotuda de mi vecino

y por la mía resbalaba

el sudor de la cara del vecino del frente.

Y aun en esta estrechez asquerosa,

sin espacio para un nuevo ,

allí se entrometió la muerte

y desde un rincón me atisbaba vigilante.

!Ya estoy harto, no voy mas¡

Esta noche le voy a hablar muy en serio

para que deje de fregarme,

ya lo he pensado muy bien,

y no creo que falle el plan.

Le voy a decir, por supuesto con engaño,

que me canse de vivir

y que tal día y a tal hora

me quitare la vida,

pero que si ella se aparece

desistiré para siempre del proyecto

y me tendrá que esperar

una eternidad para llevarme.

Si me come cuento

me le escapo

y de inmediato cambio

de residencia y de rutinas

me voy para otro lado,

para otra ciudad, otro país

en donde no me encuentre.

Pero si no me cree

cumplo con mi amenaza

y la dejo esperando

hasta que a mi me de la gana.