La muerte me persigue todo el día
no me quita su mirada ni un segundo
como chicle fantasmal se me pegado
a la sombra incierta de mi vida.
Ayer me siguió hasta un bar tan pequeño,
tan estrecho, que mi sudor se escurría
por la espalda pegotuda de mi vecino
y por la mía resbalaba
el sudor de la cara del vecino del frente.
Y aun en esta estrechez asquerosa,
sin espacio para un nuevo ,
allí se entrometió la muerte
y desde un rincón me atisbaba vigilante.
!Ya estoy harto, no voy mas¡
Esta noche le voy a hablar muy en serio
para que deje de fregarme,
ya lo he pensado muy bien,
y no creo que falle el plan.
Le voy a decir, por supuesto con engaño,
que me canse de vivir
y que tal día y a tal hora
me quitare la vida,
pero que si ella se aparece
desistiré para siempre del proyecto
y me tendrá que esperar
una eternidad para llevarme.
Si me come cuento
me le escapo
y de inmediato cambio
de residencia y de rutinas
me voy para otro lado,
para otra ciudad, otro país
en donde no me encuentre.
Pero si no me cree
cumplo con mi amenaza
y la dejo esperando
hasta que a mi me de la gana.