Quince días de mi regreso,
a tu amor que va sin freno…
Veintisiete de aquel beso,
Pasión, ímpetu y anhelo!
Mil noches que te soñaba,
en paraísos etéreos.
Treinta años que esperaban,
a que poblaras mi pueblo…
Si no fuera por tu piel,
yo no ensalzaría los cielos.
Antes de ti; nada existe,
en tus ojos, todo creo!
Como sentí! yo aquel beso,
impulsivo y caminero…
Cuanto palpé, con mis manos!
Cuanto exploré! de tu cuerpo…
Detrás de aquella ventana,
un recinto ahora en llamas…
Un momento, una sonrisa;
un beso dado con prisa!
Un cristal que nos confiesa,
que sabe nuestra tristeza;
por no saber ocultar…
Que frágil es el cristal!
Dulce pasión nos incita!
entre esta selva de miedos…
Negra vida que susurra,
prohibido a los cuatro vientos!
Entre tu cuerpo y el mío,
un gran muro de tormentos…
De los años que no tuve,
de compromisos inmensos…
Tristeza pesa en los hombros,
tristeza cargo en el cuello;
como si fuera un collar,
un Toisón de sentimientos…
Pero siendo tu segundo,
ahora se que soy tu dueño!
Una promesa que hoy vence,
la opinión de los terceros…
Pues nuestro amor, es estoico!
Pues éste amor no es un juego!
Mañana seremos libres,
de fundirnos en un lecho...
Dios sabe que nunca dije,
a tus sentidos inquietos;
palabras que fueran falsas,
mi bella rosa de fuego!
Un quizás, una esperanza,
un mortal: Hasta mañana!
El peso de unas palabras,
que dije ayer, sin pensarlas…
Como fantasmas que esperan!
Y ni se van, ni se quedan…
Una prosa ahora verso,
para tus labios intensos…
En tantos lagos estuve!
sin probar un sorbo de agua…
Ahora como el Cristo bebo!
de ti, mi samaritana…
Las marcas que yo he dejado,
en tu alma virginal…
Son marcas de amor sincero!
Marcas, sólo por marcar!
Territorios que son míos,
aunque no he llegado a ellos…
Éste dueño, no posee!
Si no ha ganado el derecho...
Yo he crecido solitario,
he sido un paria de anhelos…
Emociones fraudulentas,
y aquel licor sin fermento!
Abordan mi boca ahora…
Licor, que sabe a lamento…
Lamento de un sin ti hoy!
Libélula briosa al vuelo!
Que tu segundo es ahora…
En el amor tu primero!
Es que en el amor no hay orden!
Presente soy, no recuerdo!
Soy el Alfa de tu esencia…
Y el Omega de tu cuerpo!
Queman mi piel tus palabras,
y con mis manos te quemo!
Una llama de esperanzas;
de pasiones en desvelo…
Llegaras hasta la cima!
En montañas de deseo,
pero en la cima te espero,
para que sientas mi cuerpo…
Y cuando cansada duermas,
también arderán tus sueños…
Para que hasta el alma sienta!
porque hasta el alma deseo…