No hay peor compañero que el espejo,
pasan los años y aquella piel tersa,
ha sido de los rigores del tiempo presa,
es maldito testigo que ve hacerte viejo.
Para recordar como eras coje una fotografía,
ni una sola arruga, ilusión en la mirada,
todo un mundo por delante no existe la nada,
tu eres el mismo de antes, pero más viejo cada día.
Debemos querernos para bien querer,
contagiar a los demás de la alegría de vivir,
esa debe ser nuestra máxima.
No arrepentirnos de lo que hicimos ayer,
si al final de todo tenemos que morir,
vivamos nuestra novela hasta la última página.