Cuando mi beso resbaló por tu pecho
despertando tu pira interior
volviendo tu piel un crisol
donde se han fundido mis besos.
Tu mirada de gata en celo
recorriendo todo mi ser
haciendo hielo mi aliento
ante el calor de tu piel.
Bajó la niebla caliente
envolviéndonos entero
los dos cuerpos meciendo
el caldero de los pensamientos.