Cada día está repleto de casualidades,
dos o tres te marcan el existir,
en sí, tu sentido lo marcan ellas al vivir.
Te preguntas ¿qué me depara hoy el destino?
La casualidad espera para que choques con esa mirada,
o topes de lleno con el alma que tanta falta te hace,
simplemente el quedarte dormido es parte de ella,
caerse en la calle es un momento preparado,
un bello plan perfecto.
Toda la fragmentación de tu ser,
esta seleccionada a una acción,
a un hecho en la historia del universo,
que lleva a crear la forma de ello.
Muchas casualidades inundan tus partículas,
algunas te llevan a las estrellas,
otras a decepciones perdidas
habitadas en el fondo del infierno.
En los días cansados, con noches decadentes,
que caen adyacentes a la derrota, penosa o deprimente,
Aparece la casualidad, que tiene previsto todas esas expresiones de sentimientos,
con el alba del mañana, vendrán nuevas quimeras y desventuras,
que iluminaran con sus rayos a tu ser destrozado.
No temas de la casualidad,
pues ella te mostrara la verdad,
algunas veces incluirá deslices,
dolorosos tal vez, pero habrá más felices.
Momentos amorosos,
colmados de tiempos efímeros,
o eternos según lo dicte la casualidad,
pues ella siempre con su pauta marcará tu realidad.
Cede ante la casualidad,
goza cada trance de tu corta vida,
sea afable o infame,
no importa, deléitate con su textura,
disfruta de sus ligaduras,
se feliz y triste,
pues al final a eso viniste,
aquí a este mundo,
tan abundante de amor y odio,
que en sí sin tantos vocablos
para eso existes.