(a Chambers, Coltrane, Flanagan, Taylor)
Las cosas se parten
desde su oscuro final
un lugar donde los misterios
se disuelven al trasluz
Que la corriente se ha encargado
de refractar los siglos compactos
formulando la ilusión fundamental;
tu y yo, o ambos, somos distintos
el tiempo tuyo y mío, corren
disparejos por nuestra conscientes
venas. mi ultima intución supongo
cierta, todos los siglos habitan
este suspiro, pasado ya es presente
cuando todo acontece en este
de-nuevo segundo (lo primero
es que tú aquí lees) (lo tercero
es que yo existo)
Nada de lo que fue vivo se escapa
ahora de su final inerte
lo que muere no muere en su muerte
Es casi como
todo este progreso siendo un enigma
una respuesta sin pregunta
en un rudimentario alfabeto
el hombre crece para ser niño
Como si no estuvieran vivos
ahora, cuando escucho partir
el cielo, al galope del brillante
dorado instrumento y la red grave
de cuerdas no de sogas, terminales
teclas ambivalente blanco o negro
de la raza y valores, los tambores
mesurando el corte, del mismo empacando
al transporte el tiempo , por que
el presente es viaje y al fondo
relajante, se espera música
El poder de la belleza
o la belleza del poder
El golpe primero
el ruido después
cala de luz nuestro rayo
partido provino para
poblar de pensamiento
lo nublado
de lo pensado
estallar (de vuelta
por el mismo camino
recorrido) al orígen
Aquí nunca hubieron
más que aquellas
distinciones arbitrarias
Allí el final
del recorriendo
siempre fue comienzo
No hubo ni lo uno
ni otro, excepto
aquello, continuo
presente fluyendo
Tu voz > Cara
y
Silencio < Reverso
La heroína que aquella
ardiente y rigurosa anidada
subterfugios, ustedes cuatro
elementos conquistaron
la muerte y luego la conocieron