Toda ave cuando nace trae todo lo necesario:
Alas para elevarse,
plumas que la cubra a diario;
ramas en que posarse.
no es así en el ser humano:
No se sabe el desenlace.
Que difícilmente nace,
y a veces no nace sano.
Las aves tienen sus padres,
que se turnan al cuidarlo;
que se esmeran en amarlo,
aunque él tenga que dejarles.
No es así en el ser humano:
El amor, hoy, no es seguro.
De alimento, quizá, \"un grano\",
o un pedazo de pan duro.
Las aves son, pues, maestras,
volando en nuestras cabezas;
y todas esas destrezas...
mas bien, debieran ser... las nuestras.
Autor:Bernardo Arzate Benítez