El tiempo, compromete el corazon, viaja en laberintos de pensamiento, imnotiza la realidad, y perturba la razón.
Cuando el tiempo muere dentro de ti, no existe algún calor, ni sentir, tu molestia es sufrir los embates del agobio, clama pensamiento equívoco el cual crees sea obvio.
La forma es persuadir cual aromas de atracción mortal igual que veneno, poco a poco desvanece los sentidos de protección y da paso al flagelo interno, con figuras de temor, destruye sentimientos con formas no neutrales de razonamiento informales, que te dejan sin aliento, pese a tu razón sabes que no existe tal perdón, que te deje suspirar por ese amor en tu futuro.
La tristeza.. Hum!..— eso es lo peor, acaricia tu regazo, formando algún retrato de esos ojos en olvido, crea más que un parecido al vivir en muerte o morir con retraso.
Crees que todo te abandona, en realidad es posible? Que tal amor intenso con facilidad perdona? En tu mente agobia tal interrogante que crees que como antes, ese amor resucitó.
Que equivocado estas, cuando hablas de esos ojos dejas aliento, forma y bienestar para como tonto sin reflejó, dejar tu pecho apuñalar.
Te martirizan tus errores que se siente como horrores al cargar o meditar, su figura te persigue, en cualquier parte del mundo, creas el hueco más profundo oscuro y sin final.
Quizás en el tiempo haya forma, y su paso intangible, sin sentir y sin reforma, afecte aquel aroma que forjó tu humanidad.