Había una vez un pequeño planeta, prodigo en bellezas de la naturaleza, creado en un universo gigante de millones de galaxias y de infinitas estrellas, para que fuera un punto final, casi imperceptible y perfecto dentro de tanta grandeza, inexplicable en leyes físicas y proezas del hacedor, que intentó explicar un tal Newton en alguna pasada ocasión y que ahora una vieja duende curiosa buscaría conseguir explicación, del porque su gente vivía tan triste e infeliz en una total demencia, peleándose por todo, pasándose la vida sobre el lobo, por la posesión de los tres cerditos, y luego morían pensando que no vivieron como debían y no pudiendo regresar al cálido planeta algún día, en donde lo tenían todo.
-
Queriendo la vieja duende descubrir el misterio, se dispuso a capturar los cerditos que pasaban encebados de mano en mano y en ninguna lograban quedarse por mucho tiempo , y así tomó su camino, se llevó una varita que le prestó su hada madrina preferida, también se llevó un poco de tolerancia y paciencia que encontró en su despensa, llena de indulgencia, y por último cogió un cordel, regalo de su amigo el mago Merlyn aquel, y que guardaba con santo celo, cual tesoro junto con los cabellos de oro de la niña Rapunzel.
-
Dijo: hay que darse prisa, no dispongo de mucho tiempo, rápido pasa el viento y generación tras generación se lleva con tristeza y desconsuelo toda buena bendición, ¡Debo salvar este pequeño mundo! habitado de hombres de espíritu inmundo, pero también de muchos poetas con amor profundo por la gente del planeta y las especies diversas de la tierra, que aunque llena de frustraciones, de delitos y malas pasiones, seguía siendo su morada, y ella soñaba en salvar. Y comenzó a caminar y a soplar la flauta mágica de Hamelin el cazador de ratas, con la esperanza de que algunas buenas le siguieran.
-
Y así, cuando iba a medio camino se encontró al último dinosaurio, y le preguntó, si sabía adonde los cerditos se podían encontrar, pues intentaba descubrir el misterio que ocultaba la perdida humanidad, entonces, le contestó aquel lobo corsario, que una vez navegó en este mar de duras penas y calamidades, pero que cumpliendo obligada condena se negaba a escapar. ¡Se equivoca vieja duende! aquí no hay misterio alguno, pregúntele a los cerditos y ellos se lo van a contestar, yo la llevaré hasta ellos, viajemos siglos atrás... y de inmediato a través del tiempo se enrumbaron a viajar, llegando en pocos segundos hasta aquel mismo lugar.
-
Sorprendida la duende exclamó: ¿Pero como? ¡Aqui todo empezó igual!, miren como va la gente, corriendo tras los cerditos queriéndolos atrapar. Entonces, en sus manos la varita del hada cogió y en un santiamén los paralizó, enseguida tomó el cordel y los ató con un fuerte nudo y les dijó: ¡A ver, digan me cual es su nombre y misterio!, y ellos obedientes, uno a uno respondieron: Mi nombre es RIQUEZA, soy complaciente a toda torpeza, mi nombre es PODER y me quieren conseguir a toda costa para joder, y contestando el último cerdito dijo: mi nombre es AMOR, todos me tienen preso en su corazón, me quieren con egoísmo y proceden con traición y así no funciono yo.
-
Al instante la duende supo la realidad del misterio, y que esto es un problema sin solución, porque el hombre de la tierra ambiciona los tres cerditos y no se da cuenta que ellos no son la felicidad, ni les quitará la tristeza que los lleva ciegos al inmenso precipicio donde se encuentra el lobo, en el cual todo es suplicio. Y así... fracasó la duende, impotente para salvarlos, se lo dejó como misión a los poetas del mundo, a ver si a través de las letras, ellos pudieran lograr un cambio de conciencias y avanzar hasta conseguir LA PAZ.
-
Y colorín, colorado, les dejo este cuento, he terminado y esperando regresar pronto con una enseñanza o moraleja, mientras tanto, sepan que tres cosas importantes hay en la vida, Salud, Dinero y Amor, y el que tenga esas tres cosas puede dar gracias a Dios y no hagas caso ni de duendes, ni de pláticas de viejas, no sea, que por ello te vayas a embarrancar, queriendo descubrir misterios que no puedas solventar.
-
¡Con Amor y tolerancia, destruyendo la ignorancia!
-
Raquelinamor
Con orgullo latinoamericano
Venezuela/2016