Convulsionan las horas,
la convergencia del vértigo
insésante del amor
en aras de la realidad confusa,
el eufemismo de los sueños
extravía a la razón,
confiere luz a los deseos
y hechiza a la ilusión...
cuando llegan lágrimas,
lavan del sentimiento puro
el anhelo de fundir a dos almas
en el paraíso perfecto
de amarse en libertad.