En una noche del desolado junio
se alza, baja y juega
-lo sé por las ventanas-
la figura
desnuda
de un amanecer.
Y una mañana del desolado junio
baja, ve el día
-con la plata en los bolsillos-
y huye
de los ojos del sol
de la gente, de la vida y de la
muerte.