Otra vez este dolor en la cara
y mis dedos que por las uñas estallan,
otro mes esta sensación tan rara,
mil olores que mis sentidos colapsan.
Y tú, redonda y brillante,
ríes gozando mi pena.
¡Maldita tú, Luna Llena!
¡tórnate pronto menguante!.
El alba, por fin, me ha devuelto
mi humano aspecto de siempre,
de anoche sólo recuerdo
sabor a sangre en mi vientre.
(Ganímedes)