El cielo encapotado ya anunciaba
tormenta que con ruido se cernía
gélidos cantos todo amenazaba
todo mi ser contrito no dormía
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Este extremo dolor me dominaba
extraña sensación mi alma sentía
premonición de muerte se anunciaba
¡Oh Dios!, horror, no sé lo que ocurría
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Tañidos de campanas me quitaron
la lápida de tan agrio tormento
resabios dolorosos me quedaron
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Quiero superar este mal momento
las ganas de vivir en mí se anclaron
después de tan fatal y hosco escarmiento
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