Verte caer es mi inspiración matutina
Cuando aún los búhos no terminan su canción
Te observo con ansias de un sigilo profundo
En mi cabeza te siento diluir
Ven y acompaña mi fogata de hielo
Donde antes solíamos anidar
Donde te contemplé una mañana de Julio
De la mano de un ser de cristal
Espíritu dorado, no te vayas, ¡no dejes nuestra pasión!
Mi cuerpo es tu sutil marioneta, no dejes mi hogar
Cuídame en las noches, cuando el silencio nunca quiera llegar
Sólo tus goteos en mi almohada se instauran
y me permiten con placidez ir con Morfeo a revolotear
Siento tus ojos seguir a los míos
Te reflejas en mi pupila dilatada
Somos dos niños al interior de una caverna
Y tu paraguas es mi cuna de protección
Tu vestido de seda y canela
Quieren un beso, un nuevo despertar
Océanos de gotas diminutas
Se posarán en mi ventana a medianoche
Cuando a tu rostro ya no tenga cerca
Y te hayas ido, en busca de un nuevo manantial.