Eres luz incandescente
que ya no retienen mis pupilas...
en mi retina sólo está
la nube negra
que encapota el cielo.
Viste mi cuerpo
gasas transparentes,
ocultando en frío del silencio.
Mis labios tienen escarcha
por ausencia de tus besos
y mi rostro ¡oh mi rostro!
es una lápida fría,
en la que no rozan
tus mejillas.
Mis brazos...
¡oh ¡ a mis brazos,
cual chamizos descumbrados,
les salen brazos...
esperando tus abrazos.
Y mi cuerpo... aquí sembrado,
esperando ser preñado
por tus ínfimos deseos...
restándome la vida.
Felina