En tierra árida brotaron
Las rosas de ardor bermejo
Y con su rojo alteraron
La aridez del mundo viejo.
Surgió la llama abrasante
Y calcinó la impureza
Creando la purificante
E incorpórea belleza...
Que renovó la esperanza
Y animó la voluntad
Y derrotó la malandanza
Con nueva ley de libertad.
No es perfecta esta vida,
Con dichas y con malestares
Ora alegre, ora dolorida,
La vida tiene sus pesares...
Mas a pesar de su dolor
No puede ser de otro modo,
Que con su mágico fulgor
¡La poesía vence todo!