Entre la gran ciudad se pasea, esa hermosa mujer de risos rubios que un día fue la perdición de ese loco enamorado. Sin embargo cada vez que ella se pasea por las calles de tan extensa ciudad el no ha sido capaz de verle el rostro. Aunque ha sido imposible ver su cara, el cuerpo inmediatamente reconoce tal presencia que cada cm se estremece. El todavía no sabe si es ella, lo que sabe es que a su lado va el “refugio” que un día la salvo de perderse en la tan mencionada ciudad del engaño, y que hoy el ocupa el lugar que un día le perteneció. Mientras el solo dianvula entre tan transitadas y frías calles esperando que su gran amor lo acompañe nuevamente a perderse entre tan vanidosa ciudad.