Y el mundo se hizo
Del supuesto ego del hombre
Al darle un fin a sus preguntas
Para un comienzo eterno de su propia ignorancia
Con un velo de dioses
Y un interior vacío y la carne pudriéndose
Dos vidas están en pelea
No distantes si no plenamente adoptadas
La sociedad de la mente
Y el corazón incoherente
Razones sobran, y la carne necesita oro
Mientras el corazón sigue roto
Cinco minutos en meditación
Abriendo los ojos al ser interior
Cinco minutos y ves el “amor”
Y la irreprochable memoria convertida en hilachas
En destino a la desesperación.