Tarde tranquila, casi
con placidez de alma,
para ser joven, para haberlo sido
cuando Dios quiso, para
tener algunas alegrías…lejos,
y poder dulcemente recordarlas.
(Galerías LXXIV, A. Machado)
¿Te acordarás, amiga,
de estos sencillos versos,
en ese solitario día
que des paso a los recuerdos?
¿Te acordarás amiga,
de una tarde hecha verso,
del silencio en nuestra vida
y del primer hastaluego?
¿Te acordarás, amiga,
de un puente, de un tren,
de palabras, de sonrisas
y de los escondidos porqués?
¿Te acordarás amiga,
de nuestros largos paseos,
de mis inocentes poesías
y de nuestros ocultos besos?
¿Te acordarás, amiga,
que pudimos ser y no fuimos
algo más, mucho y más
que dos buenos amigos?
¿Te acordarás, amiga?