racsonando

¡Para no olvidar!

Un día... de adolescentes distraídos 

un suspiro no muy lejano

hasta tus ojos me llevó.

 

Un día... que titiritaban  las campanas

una alegría de voces

cristales de lluvia clara

por tu ventana esparció.

 

Un día... que la tarde enmohecía

nubarrones desordenados,

un pincel de pensamientos

tu cielo garabateó.

 

Un día... de palabras desaliñadas,

un pantalón engrasado,

una mano sobre mi mano

y mi voz un estertor.

 

Un día... en una prisión temprana,

un ingenuo consentimiento

tu voluntad etiquetó.

¡Y volaste pensativa pensativa con promesas de señor!

 

Un día... de alacranes adormecidos

una mirada tuya,

un tren en contravía

y en aras de terco olvido

mi poema te revivió.

 

                   Racsonando  ando