En el centro de la mesa varios cigarros y un encendedor, la taza de café en la mano y en la mente ideas que se marchan como llegan. Ahora las cosas se comienzan a poner tensas ¿existe un numero de preguntas que un hombre pueda aguantar antes de colapsar? En el centro de la mente, en el centro del alma, en el centro de lo que no tiene bordes, no existe nada, es un espacio, es una idea, es una sensación igual a las demás, no hay nada especial en el centro del universo. Las tazas de café y el cigarro proponen ideas que no solo colapsaran la depresión del día anterior, mañana se levantara y estará más abollada que este día, pero hasta ese punto no sirve pensar en nada de eso. Cuando el mundo se torna gris y el las cosas pierden sentido, lo mejor es terminar de un zarpazo y comenzar a hacer las cosas de nuevo. ¿Quiénes son ellos para mencionar lo que a uno no le gusta? ¿Quiénes son ellos para, ahora decirme que no puedo seguir fumando y matando mi interior, matando mi mente? Las repuestas nunca son escuchadas, las respuestas no existen, porque las preguntas son imaginarias. En los bordes un montón de ideas sucias, con olor a orines y manchas en sus espacios. La culpa no existe para las personas más sensatas, la culpa es solo algo inventado igual que cualquier otra cosa, está en nuestra mente y escrito sobre un papel, pero ¿existe realmente? No.
En la estación del bus el hombre piensa en cómo resolver su vida, como terminar de sentir esa sensación de vacío que intenta llenar con religión, drogas, mujeres, dinero, ahora las cosas están rotas y en el camino está a un paso para destruirse otra vez, no existe la ayuda, este no es lugar para los débiles. Las sensaciones son más fuertes cuanto menos las piensas ¿qué es lo que se menciona tantas veces en el mundo interno de los hombres que lo impulsa a seguir viviendo aun cuando la vida se torna fría y dolorosa? ¿pensar en el pasado y decir al futuro que algún día volveremos a ese punto? Pero este no es un hombre con pasado feliz, al contrario este hombre mira al pasado y tiene miedo de volver a él, cada paso que da es cuidadoso, para él, el pasado es una trampa que avanza constantemente bajo sus pies. Los bordes y el centro, los bordes y el centro, la caminata y el destino, la caminata inglesa y las ideas refrescantes, el sonido de la mañana y la lucha por no llorar, el alma y el instinto de vivir, el cuerpo y el placer, las cosas y la distancia entre ellas.
El bus llega el hombre lo aborda en el asiento de atrás se recuestan varios recuerdos que no quieren ser rememorados, en el asiento de la derecha están las imágenes de un trabajo mal remunerado y en el izquierdo el tedio de volver al día anterior. El asiento izquierdo siempre se siente igual, alguien baja en la estación anterior con un perfume dulce y deja el asiento impregnado con un profundo olor a vacío. Otra vez solo, otra vez volviéndose loco, las ideas llegan cada vez más cansadas, la soledad y la monotonía matan el espíritu, pero a cambio regala el valor que todos los hombres de la antigüedad buscaban, la razón. Al alejarse para ver el panorama de la vida notamos que todo es un sinsentido, una marcha hacia ningún lugar. Las gotas de lluvia no llegan y ya es noviembre, el sol mata las lágrimas antes de que algún viajero llegue y pueda auxiliar ¿El día es hermoso?
En el interior del autobús miles de memorias se abren y comienzan a soltar las mejores formas, su olor es diverso. – el olvido, ahora sé que estoy olvidado, ahora podría no estar y todo seguiría igual – quiero besarla, quiero tenerla en mis manos acariciarla con mis labios, sentir su piel blanca en mis rostro, quiero unirme a ella y no sé cómo, pero tengo que hacerlo antes de que esto explote en mi pecho – volviendo a casa solo, caminando a ningún lado solo, mirando el cielo azul solo, volviéndome loco solo – cuando llegue quiero que me bese como la última vez, cuando la oscuridad haya penetrado lo llevare a mi habitación y dejare que nos volvamos animales, dejare que nos devoremos y cuando la luz nos cubra otra vez seremos felices, pero ahora solo espero, ahora solo dejo de pensar para no gastarme – es acaso que ahora por fin encuentro la calma, pasaron 35 años de introspección y me doy cuenta de que la solución estaba en mirar a otro lado, nunca debí enfrentarme a la depresión, solo debí ignorarla, es lamentable que mi vida este terminando, pero ahora estoy muy feliz para estar triste. - El interior de varias personas, el interior de nada, el interior de máquinas andantes, ¿es acaso que nuestro sufrimiento no existe? ¿Nuestro dolor solo es preventivo? Entonces ¿Qué es eso que nos duele cuando la noche llega, cuando nos acostamos y tocamos nuestro pecho y en él hay un hueco profundo? Nuestro dolor no es escuchado, nuestro dolor es banal y eso duele más.
El hombre llega a su destino y las dudas se disipan otra vez, una mirada, una sonrisa, un apretón de manos y la mente ya no trabaja más que en las labores de la compañía. El frio de las conversaciones no sinceras, los ecos de palabras amables que nunca fueron dichas, el sol muerto y ardiendo sobre ellos, el cadáver del mundo siendo respirado a cada segundo, las pertenencias de la nada cuando son manoseadas por la nada redundante. ¿Qué quieres que diga? si las cosas son así o ¿no?