He contraído este cuerpo único que soy
desde su centro a sus extremos
en mutable periferia cuando
el espacio de la reflexión se torna
el espacio de la realidad me quejo
para sentirme vivo para no sentirme
un muerto, es que...
Me he desdoblado en la catedral salvaje
de curtido cuero, he sido sido nombrado
de antemano, dispuesto en el territorio
para ser, he sido olvido y silencio
ahora, todo ruido y caos fermentamos
una alucinación colectiva, casi
una revuelta, en la oscura habitación
de lo dado
He enfermado de tanto tiempo
perdido y ajeno he contraído
el ser perdido, atrído por este
absurdo, virus de los pasatiempos
que solo queman lo vivo (todo es fuego
ya alguien dijo) para no sentirte a tí, más tiempo
He sido por el despertar, profanado
de la consciencia de aquella consciencia
que descubre que lo temporal
no (nunca,jamás) le pertenece
y todo el resto, del curso de los astros
debe ser pagado a crédito de tedio
siendo los días sacrificados
al dios más indiferente /somos todo
tributo/ dejar de ser, dejar de estar
siendo, por dinero, por la mantención
del poder ficticio de los dueños
hipotéticos pero concreto, tras el acto
Desmantelen otra vez, la fingida
escena: pequeños soles fulguran eléctricos
la brisa del aspa, la imagen y el movimiento
esta segunda piel cargada de más deseo, cúando
cabalgamos los caballos de frenéticos acéros
a los trabajos donde nada se trabaja
huyendo del tiempo que la aguja marca dentro
y fuera de una moribunda, vena. examina
un idioma que a la intención
no acompaña al decir lo dicho
toda esta tierra sembrada de concreto
germinados se alzan frutos secos, nuestro
sagrado árbol; el rascacielos y al cielo; cielo raso