A veces siento lástima por la matemática
que está condenada a vagar
aburrida
por los prados de la exactitud
y su única diversión
tiene forma de sumas, restas
multiplicando y dividiendo
despejando una –al final- solitaria x
y la define con un número
pues no llega ni a ser cosa
sólo esa x
que vaga
aburrida
triste
por los prados de la exactitud.