Le voy a contar mi historia,
triste, muy triste por cierto.
Aún la sueño despierto
y revive en mi memoria.
Venga para acá Lucía.
(La Lucía es mi guitarra,
sabe llorar como parra
y cantarle a la alegría)
A veces como esta noche,
es un suspiro de estrella
que me hace pensar en ella...
y sentirme cual fantoche.
¡Era tan linda mi amor!
Se me fue con un puestero
bien plantado y embustero
que andaba en ciclomotor.
¡Y no me dejaron nada!
Ni la radio, ni Te Ve,
qué tristeza, viera usté,
traicionarme así mi amada.
En este triste escenario
todo es campo, cardo, espina,
cruel esta pampa argentina…
ni siquiera tengo un diario.
Al menos me dejó el mate,
y un bordadito pañuelo
pa’ enjugar mi desconsuelo,
cuando el llanto se desate.
Pero esto es lo que más siento:
¡Me afanó el ordenador!
Allí tenía otro amor...
estaba lo más contento…
Mi china y “ese” salían,
y yo prendido al teclado…
la perra y su enamorado
por los yuyos se perdían.
Y para colmo de males
un mozo me anda rondando,
pasa por aquí silbando
una canción de Perales.
Es que hay personas malvadas
que dudaron de mi hombría
al verme llegar un día
con alpargatas rosadas.
¡Y aquí me tienen, muy macho!
Pero… será la tristeza
o algo cambió en mi cabeza…
¡No está tan mal este guacho!
Derechos reservados por Ruben Maldonado.
(Publicado el 28-01-2011 bajo el seudónimo “Mendieta”, ahora lo he retocado y ampliado, para bien o para mal…)
(Dibujo de Florencio Molina Campos)