En mi humanidad siempre sorda y ciega
No había vislumbrado la rebeldía del agua,
La sabiduría del agua,
Es un alma en constante movimiento,
E incluso estancada en algún momento
Su esencia va al cielo,
Jamás se detiene en un solo lugar,
Como nuestra sangré
Su rebeldía forma las venas de la tierra,
Refresca la garganta y corre por los ríos de nuestro cuerpo,
Y en la inmensidad del oceáno sube al cielo
Y se precipita a la tierra,
Tal como nuestra mortalidad.
La sabiduría del agua,
Se escurre en nuestras manos,
Como se escurre esta vida cada día,
Y nuestra vida simula,
Ríos muertos o manantiales cristalinos,
Nacemos de nuestra madré
Y en nuestra muerte la tierra nos acoge,
Y nos devuelve al río de la vida.
Derechos Reservados Pablo Gómez