Odiosa temperatura que todo descodifica
miserablemente con todo y el sol,
sombra ahora blanca mítica
cumples el mandato de Dios.
Hombros morenos de frágiles tactos
el sindrome masculino explotas,
son para ti tiempos como bombas
de contadores morales obcenos
Eres mitad gloria por otra parte infierno
indecente, poseída desfigurada anhelante
arrojas multicaras arrogantes
al acercarse otro lobo-hombre.
No hay final pues nada inicia
madre de muchas crías,
pájaros zombies, gritones.
Especulaciones de la razón suprasensible.