Borré lo que ya tenía, empiezo nueva partida,
mejor habrá de quedarme, me juego en ello la vida;
quise guardarlo orgulloso, y cometí una torpeza:
¡de nada sirven los ayes, tampoco llevo pereza!
Armijo cuenta he tomado, la empresa me es divertida,
con nadie guardo ojeriza, palabra es ésta servida,
la traje del diccionario, con un poco de entereza:
¡de buen semblante lo digo, tenemos todos destreza!
Soy Latinoamericano, y traigo el alma encendida,
de amor que quiero entregaros, la libertad no se olvida;
si hacemos un inventario, muy grande es nuestra riqueza:
¡aquí llegaron ibéricos, dejando sólo pobreza!
También ahí se quedaron, y nos legaron su idioma,
llevamos cinco centurias, y somos un pueblo grande:
¡a Dios las gracias le doy, no fue conquista de Roma!
Aquí señores prometo, un nuevo estilo se expande,
no habrá forzosa estructura, quien quiera libre la toma;
¡aparte de eso al poeta, jamás habrá quien lo mande!
Me queda aún lo aseguro, vital e intacto el aliento,
celebro Carlos Enrique, que lo hayas querido doble,
en estas lides se aprende, y nace un poema noble:
¡por eso afirmo seguro, que yo jamás me arrepiento!
Armando versos confieso, la fuerza tengo del Roble,
y desde ya lo adelanto, llegar al fin lo presiento,
entonces he de dejaros, de letras un monumento:
¡porque en asuntos mayores, jamás seré un hombre innoble!
Y ya para terminar, esta va para ti Armijo,
que seas bien oportuno, en todas tus decisiones;
porque en ti siempre ha de hallar, el escritor buen cobijo:
¡y que también la razón, se anteponga a las pasiones!
JAIME IGNACIO JARAMILLO CORRALES
Condorandino