¿Porque te conocí cuándo mi vida
Ya se acerca al cenit de su carrera?
No te busqué:Tu apareciste un día:
fragante como las rosas de mayo,
impetuosa cual río desbordado,
mística como un poema de Nervo,
apasionada como un verso de Díaz Mirón,
franca como la sonrisa de un niño,
suave como el céfiro de la sabana,
tierna como el color de las violetas,
embriagante y dulce como el vino,
misteriosa y atrayente como el pecado.
¿Sabes? Yo no quiero que me quieras,
solo quiero que tu sepas que te quiero,
que te miro en el espejo de mis lágrimas,
que me aferro a la imagen ilusoria de tus besos,
solamente por matarme, poco a poco, lentamente,
con tu nombre prisionero en la cárcel de mi frente.
Algún día cuando acaben mis pesares,
y no riegue ya mi llanto el desierto de mi cara,
y tu nombre prisionero se me escape
con el último estertor de la agonía;
¡No me busques en la caja!
¡No te acerques a mi casa!
Porque yo estaré escondido
en los pliegues de tu falda,
en el aire que respires,
en el mar de tus palabras
porque yo estaré en tu pecho
en tu mente y en tu sangre
Autor: Aníbal Rodríguez.