Sobre una alfombra de arena
cristales de noche clara
un cuarto de luna llena
con su luz se entretenía.
nubecillas juguetonas
hacían sueño de nácar
con lágrimas de ambrosía.
En el aire danza de nardos
y plumas en pleno vuelo,
más que canto algarabía,
herían sueño de luces
y con el mismo aire se batían.
Las luces de plenilunio
una pléyade de ninfas
entre un sendero de espumas
por sus orillas vertía.
La niña vino del campo,
la nña vino del río
y con los cristales de lluvia
la niña ya está danzando.
Mira la niña, niña
mira si la está mirando
la luna sus desnudeces
con su corona de estaño.
Cerca del río claro
callaba la lagarbía.
la niña su cuerpo zambo
de fina espuma vestía.
Las aguas de raro lustre,
potros negros encabritados
y en el espeso follaje
cien pájaros están temblando.
Corre niña, corre, corre
corre y boga por el río
que la luna te está llorando
y que hasta el mismo viento
ahora tiembla de frío.
Corre niña, corre, corre
que hay tambores mortecinos
y una tormenta de perros
la muerte viene anunciando.
Por un camino de espinos
campesinos son conducidos
un canto de metralletas
y \"uniformes bien conocidos\"
siembran campos de muerte
cosechan cruces de olvido.
Y sobre la alfombra de arena
mil puñales han florecido.
Corre niña, corre, corre;
corre y boga por el río
La niña vino del campo,
la niña vuelve a su río
con una corona de nardos
la niña yace de frío.
Racsonando ando.
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