El corazón sangrante
se posa al llegar el alba
jadeante por el dolor
de amores fugaces
Los atardeceres infinitos
llegan con enorme nostalgia
Y la pena sin rostro
consume el alma
La bóveda estrellada
con su manto de oscuridad
se levanta lerdamente
borrando los confines de claridad
Caminaré por el manto verde
buscando alijos y baratijas
jugando con las gotas
que trae la aurora
¡No se que hacer!
al perder tu mirada
en aquellas mañanas claras
cuando los cuerpos se entregaban
¿Te he perdido para siempre
como el día pierde su luz
al caer la noche?
mi corazón esta seco
de tanto llanto por tu adiós
Autor: Jorge Castaño RamÍrez
Registro: 10-572-422
DNDA