Ante mi un papel en blanco esperando una caricia.
anhela sentir la tinta
resbalando por su piel.
Sueña la historia que moja,
y en sus poros se hace eterna,
impregnando sentimientos, tristezas
y algún lamento,
que alguien llegará a leer.
Ama el trazo de la pluma,
cuando al dibujar la letra, cosquillea o
aprieta, arañando sin querer.
En la coma y el acento, duele a veces el intento,
pero solo es un suspiro, por no querer que ese punto,
marque el final otra vez.