Te dije que creía en los instantes eternos donde muero y hoy lo creo aún más.
Los instantes: milésima de tiempo luz donde se expande la vida y nosotros atentos a una acumulación de ellos sin captar que es cuestión de segundos.
Dejarnos, atrapar, por la conexión del mirar a los ojos cada vida que pasa y nos traspasa.
Y es que dejé ver mi vida entera en una melodía. Una de tantas de mi alma infinita, aferrada a una energía densa y preciosa que crea la semejanza perfecta de la naturaleza y del Universo del cual estamos hechos.
Un viento me trae la gratitud para expandir mi ángel de emociones psicomágicas. Donde aprender toma protagonismo.
Y que de cada instante eterno, mueras y revivas, nuevo y limpio. Escuchando el silencio que te da todas las respuestas y te hace amarte verdaderamente y amar a ellos que te gritan inconscientemente que de vivir se trata, mi amor.
Y no se trata de iluminarte, se trata de encontrarte.