Te miro,
te veo cansada, triste por la noche que as tenido,
cuantas risas, cuanto baile, tus pies cansados.
Te miro,
entrando a casa agotada, terminada, sin ganas de hacer nada,
tu cuerpo devíl, como la noche misma se ocupo de tu difícil trabajo.
Te miro,
veo como tus ojos recorren la casa, se ve triste, desolada,
te paras y caminas a la abitación, a mirar si los niños duermen,
los vez tranquilos y con frío, les pones otra manta mas abrigada.
Te miro,
te veo llorar, de arrodillas al lado de la cama de los niños pidiendo perdón,
como adivinando lo que le dirán por las calles aquellos que te conocen,
sin saber cuanto daño les hacen, sin tener una razón.
Te miro,
de tu bolsa sacas una botella de licor, un cigarrillo y unos billetes,
sonríes y con un gesto dices, !No estuvo malo, me fue bien¡.
Te miro,
te desnudas, entras a la ducha, te sirves un ultimo trago y ríes,
como si todo esto fuera un juego, te veo sola y desnuda,
con un hermoso cuerpo, que hermosa figura, te amo y te deseo,
pero no estoy aquí.
Te miro,
pero no te puedo tocar, por que no sabes que estoy aquí,
por que soy un fantasma que bíene a cuidar de ti y a nuestros hijos.
Te miro,
te siento, te veo llorar cada mañana al llegar a casa y te abrazo,
no me sientes y mis ojos lloran por verte sufrir y me nombras y me llamas
y no puedo hacer nada.
Te miro,
sales de la ducha, envuelta en esa toalla que un día te regale,
miras al cielo y me buscas entre las estrellas y no me encuentras
te grito, he, estoy aquí, pero es inútil, no me escuchas.
Te miro,
te metes a la cama, me buscas entre las sábanas, me abrasas y me amas y
nos dormimos y me preguntas, si volveré mañana.