I
En sus tiempos libres ella se la pasa
dibujando sueños que son realidad.
Como quien relumbra en la oscuridad
es luz para existir
que al sol quiere subir.
Va creando fantasías con sus dedos
entre nubes como ovejas de algodón.
Para su ternura no hay dimensión
que pueda contener
todo el amanecer.
II
Corazón de papel
que en un mundo de Felipes y Mafaldas,
con trazos de esmeraldas
pintó un jardín de miel.
No quiere conocer
el fingido ajuar de precoces doncellas
que entre polvo de estrellas
juegan a ser mujer.
Corazón de papel.
I bis
Con un blanco ramillete de “te quieros”,
con una flor amarilla y un delfín,
iluminas con tu luna de jazmín
la más profunda paz
de un poema fugaz.
Tu sonrisa es el final del arco iris
y hace absurda la idea de verte llorar.
Mariposa que no para de volar
por la felicidad
de un cielo sin edad.