Antonela Chiussi

Las manos

Se agarraban, se aferraban, se sujetaban.

Los dedos, entrelazados, se enroscaban anudados.

Entre ellas: el calor.

Quemaban, ardían, latían.

Se buscaban desesperadamente.

Pero el tiempo.

Se empujaban, se soltaban, se iban.

Los dedos, acalambrados, chocaban entre sí.

Entre ellas: el viento.

Empalidecían, tiritaban, entumecían.

Se buscaban desesperadamente.

Pero el tiempo.