Yo contemplo tu hermosura,
y quedé, ¡Tan extasiada!
de tus ojos tan prendada,
de tu sonrisa mi amor,
y de tu piel en candor,
que acaricia toda mi alma,
que le roba toda calma.
Por ti suspiro, primor.
Tú aterrizaste en mi ser,
como un ave repentina,
como una lluvia muy fina,
hermosa fresca y radiante,
cual caballero galante,
y con espuela dorada,
que me dejó muy prendada,
en su llama tan flamante.
Te seguí por todas partes,
era mi pasión amarte,
mis ofrendas entregarte,
en estos brazos tenerte,
mi dicha era solo verte,
sentirte era mi alegría,
y te soñaba de día,
sin ti, preferí la muerte.
Eres mi bien más preciado,
ese néctar predilecto,
que me ofusca el intelecto,
y el que hizo en mi hazaña,
al tender su telaraña,
y caí presa rendida,
sin ventanas, ni salida,
¡Me enamoraste con maña!
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú