Yo le escribo desde el umbral
de lo prohibido, donde nace el
el verso calcinante que marca
su piel a fuego
Yo le escribo desde las entrañas,
en el recuerdo de esas noches que
intimaron nuestros cuerpos, creí
sería eternas y no efímeras agonías.
Yo le escribo con mis manos, con
mi boca, con mi alma siempre a
punto de entregarla a la suya que
la cuida entre las luces del alba.
Yo le escribo, porque la quiero, que
otro motivo habría para escribirle,
si Usted no es carne en mi vida, es
todo el sueño que siempre tengo.