De herida azul
e hidalgo labio,
entre témpanos de alóe
y vencida arena,
¿Dónde mueren los tilos
entristecidos...
sino en la nobleza del amante
que a veces sueña... ?
y soñando vuela
entre oblicuas nieves...
de humillado verso
ennoblecido,
a Dios rezo...
con pereza extraña,
en la fontana inmisericorde
de mi destino.